Como que la ley organiza la justicia, los socialistas preguntan que por qué la ley no organiza también la mano de obra, la educación, y la religión. ¿Por qué no se debe usar la ley para estos propósitos? Porque no puede organizar la mano de obra, la educación, y la religión sin destruir la justicia. Tenemos que recordar que la ley es fuerza, y que, por consecuencia, la función apropiada de la ley no se puede extender más allá de la función apropiada de la fuerza. Cuando la ley y la fuerza mantienen a una persona dentro de los límites de la justicia, ellas imponen nada más que una mera negativa. La obligan a ella sólo a abstenerse de hacerle daño a otros. No violan ni su personalidad, ni su libertad, ni su propiedad. Resguardan todas estas cosas. Son DEFENSIVAS; defienden igualmente los derechos de todos.
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Lillian Martinez, Anfitriona
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