Constitución de la República de Cuba, 1992 | ![]() |
Con las modificaciones introducidas por la Ley de Reforma Constitucional, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular y publicada en la Gaceta Oficial de la República, ha comenzado a regir el nuevo texto constitucional que representa la norma jurídica suprema y mas importante de la sociedad.
Granma publica hoy la Constitución de la República, tal cual quedó como texto único y oficial, luego de incorporarle las modificaciones acordadas, unánimemente, por nuestros diputados.
Con ello pretendemos contribuir al conocimiento y estudio por todo nuestro pueblo, de la Ley Fundamental que, como fuente superior de Derecho, establece los Fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado, los Derechos, deberes y garantías de los ciudadanos y las formas de creación, funciones y facultades de los órganos del poder y de la administración estatal tanto nacional como local.
Llegamos a este instante luego de un largo período de trabajo, análisis y consultas, que tuvo su origen en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, su punto máximo en el debate popular alrededor de los documentos del IV Congreso del Partido, y su momento culminante en las recientes sesiones de la Asamblea Nacional.
Cada uno de los pasos dados, de las etapas transcurridas, constituyó fehaciente muestra de la libertad de expresión, de la pluralidad de ideas que reina en nuestro país de Partido único como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, pues a pesar de toda la fuerte campaña de propaganda calumniosa antes, durante y después de la jornada parlamentaria (y que, de seguro, continuará), es incuestionable la amplitud de criterios vertidos, considerados e incluidos en el resultado final de las reformas constitucionales.
Baste al respecto señalar como último episodio el de los propios debates en la Asamblea Nacional que, aún cuando los documentos presentados fueron discutidos en sendas reuniones del Buró Político y del Pleno del Comité Central del Partido, tanto las propuestas surgidas de esos órganos de dirección partidista como las contenidas en el proyecto de reformas, motivaron casi 300 intervenciones de diputados y se adoptaron no pocas modificaciones e inclusiones nuevas.
Ahora bien, y nadie puede llamarse a engaño, los debates y como resultado de ellos las modificaciones incorporadas, no implican retrocesos en nuestros principios, ni asomo de vueltas al pasado, ni debilidad en nuestro ideario martiano y marxista-leninista. El saldo final consolida nuestros criterios de perfeccionamiento de la sociedad que construimos adecuandolos a la realidad el mundo en que vivimos, reafirma conceptos y aspiraciones, enmarca -desde su propio primer Artículo- los preceptos inalterables de como concebimos nuestro Estado:
"Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar colectivo e individual y la solidaridad humana".Tampoco debemos equivocarnos nosotros imaginando siquiera que las reformas constitucionales que acabamos de adoptar producirán la mas mínima reacción favorable en los círculos de poder o en la prensa anticuabais, que nos someten falazmente a bloqueos, injurias y criticas, o a los que los secundan en uno otro sentido, o a los que no cesan de aconsejarnos "aperturas" y "concesiones".. porque estos cambios -y parece que nunca acabaran de entenderlo- no son para satisfacer reclamos o presiones externas, ni mucho menos las contadas internas de algunos elementos trasnochados que olvidando hasta a Martí, quien llamo a levantar "un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno ni el malo", hacen idéntico juego a las campañas de nuestros enemigos.
Nuestras reformas son, en primerísimo lugar, eso, nuestras, para satisfacer reclamos e intereses de nuestro pueblo y, por tanto, ratifican el rumbo de nuestro proyecto revolucionario y socialista; actualizan lo que a 16 años de la vigencia del texto constitucional de base -por cierto y vale recordar que aprobara casi el 96% de los ciudadanos con derecho al voto- resultaba necesario de acuerdo con la situación nacional de internacional actual; y dan respuesta a los acuerdos y resoluciones del IV Congreso del Partido, así como al debate popular de su Llamamiento, no solo en lo referido al funcionamiento del Poder Popular, sino a decisiones sobre el desarrollo económico del país, a su política exterior, entre otras.
Se trata -y esto ha sido reiterado- de los cambios indispensables para cumplir esos objetivos y no de "cambios cosméticos", frase acuñada por la propaganda enemiga. Bastaría una simple ojeada con un verdadero espíritu crítico, en el sentido analítico de la palabra, a algunos de los Artículos modificados para darse cuenta, desde los que son relativos a las regulaciones sobre el voto directo y secreto para elegir diputados y delegados a las Asambleas Provinciales, y los que de acuerdo con los intereses del país flexibilizan el carácter de la propiedad sobre medios de producción o la dirección y el control del comercio exterior - encaminados a dar garantías a la inversión extranjera y a la operación de empresas mixtas, sociedades y asociaciones-, hasta los que norman la libertad religiosa y proscriben y sancionan todo el genero de discriminación por creencias religiosas, o definen el Estado de emergencia y la forma de decretarlo.
Nuestro pueblo conoce el significado de estas reformas y es parte de ellas porque ha participado de una forma u otra en su proceso de elaboración, bien directamente en las miles de asambleas donde surgieron opiniones sobre el tema, o a través de sus representantes, delegados y diputados, o de quienes eligió o dio su aprobación como delegados al IV Congreso. Por eso no le es ajena la esencia de los cambios. Por eso no nos sorprende el poco efecto que surten en su seno los comentarios soeces que al respecto difunde habitualmente la radio enemiga, cuyos autores tan alejados de nuestra realidad pretenden confundir a quienes la vivimos.
Hemos demostrado que nuestro sistema político marcha, dijo Fidel al termino
de la reciente Asamblea Nacional. Es el mas democrático del mundo y ahora lo
vamos a someter a nuevas pruebas.. Vamos a demostrar como se puede hacer
Revolución con principios democráticos, como se puede practicar la democracia
con un Partido, y lo vamos a hacer en las condiciones mas difíciles.