1. El Parque de la Victoria, situado entre las Calles de Castillo, O’Donnell y Cuba fué inaugurado con un brillante festival el día 11 de enero de 1900, en medio de una manifestación compuesta por los Gremios con la eficaz ayuda de los entusiastas vecinos, Sres. Pedro Sorá, Alberto Martínez Blanchard, Pedro Modesto Hernández, Serafín Cruz, y otros, los cuales colocaron la primera piedra en el parque.

2. El día 24 de febrero de 1901 se celebró el primer aniversario de la fundación del “Museo Cienfuegos” organizado y dirigido por el Sr. Pedro Modesto Hernández, haciendo uso de la palabra su Director y Fundador Sr. Pedro Modesto Hernández, y el Secretario del mismo Alberto Martínez Blanchard, el Profesor de Instrucción Pública Sr. José María Soler, y el Alcalde Sr. José A. Frías.

3. El Sr. Alberto Martínez Blanchard, profesor de esta ciudad, solicitó en el mes de marzo de 1902, la cooperación del Ayuntamiento para celebrar un Certamen Pedagógico. Se tomó el acuerdo de que la corporación contribuyera con la cantidad de $50. para el objeto mencionado.

4. En cabildo celebrado el 26 de septiembre de 1902 fué leída una comunicación del Sr. Alberto Martínez Blanchard, Director del Colegio Cienfuegos, manifestando que el jurado nombrado ahora en el Certamen Pedagógico, verificado por su plantel de enseñanza había abjudicado el premio ofrecido por el Ayuntamiento al Sr. Pablo Díaz de Villegas. La corporación quedó enterada y dispuso que por la Contaduría fueran entregados al Sr. Villegas los $50. ofrecidos.

“Como sincero homenaje del Claustro de Profesores del Instituto de Segunda Enseñanza de Cienfuegos. Cienfuegos, 3 de Julio de 1947.”

1.
“Si hay actos en la vida que producen gran satisfacción, uno de ellos es éste que hoy me ocupa al cumplimentar un acuerdo de nuestro Claustro de Profesores por el que se premia modestamente al maestro ejemplar, al ciudadano intachable, y al compañero siempre sincero y cordial.

Ojalá que muchos Don Alberto germinen en las nuevas generaciones para bien de la Patria y orgullo de sus ciudadanos.

2.
“Desearía que estas líneas expresaran en toda su intensidad, el profundo afecto y respecto que me inspira el viejo maestro que siempre fué guía y luz para todos los que estuvimos bajo su sabia dirección.

Don Alberto, mi reconocimiento por la buena semilla que usted dejó en mi espíritu, y para su satisfacción han fructificado en dones, moral, decencia y honradez.

3.
“A Don Alberto Martínez Blanchard

Maestro de maestros, educador insigne, cuya vida, dedicada a la enseñanza, será siempre ejemplo para quienes nos empeñamos en la noble tarea de mejorar la juventud.

4.
“Quiero que estas sencillas líneas lleven hasta nuestro querido, Don Alberto Martínez Blanchard, mi mas sentido reconocimiento por su gran obra como profesor y mi mayor admiración por su gentileza y caballerosidad como compañero.

5.
“Sr. Don Alberto Martínez Blanchard,

Dichoso el hombre que a través de los años de la vida ha sembrado la simiente preciosa de la enseñanza en mas de una generación.

La sociedad cienfueguera que os vió nacer, y la Patria os admiran por la obra educativa realizada con tanta paciencia, fervor, bendiciendo su nombre, que pasará a la posteridad como el de uno de sus grandes educadores por haber modelado muchos y formado hombres y mujeres de carácter y sentimientos nobles y altruistas.

6.
“A Don Alberto Martínez Blanchard,

Que ha tenido siempre el alto concepto del cumplimiento del deber, como educador, amigo fraterno, y padre de familia, cuyo ejemplo debe perdurar en la sociedad de Cienfuegos.

7.
“A Don Alberto Martínez Blanchard, como testimonio de mi respeto y gratitud.

Respeto al buen maestro de varias generaciones, que con su ejemplo, constancia, y conocimientos supo forjar caracteres y moldear tantas mentes jóvenes.

Gratitud al compañero y consejero de mis primeros tiempos de professor, en quien encontré siempre el consejo acertado y la frase amable que lo caracterizaba.

8.
“A Don Alberto Martínez Blanchard,

Con generosa unción sembraste la simiente de las virtudes cívicas mas de media centuria. Fué tu doctrina bálsamo para toda penuria, credo para el escéptico, amor para el doliente.

No te accedió jamás el desdén del estulto, ni dejaste por ello de oficiar en el templo de tu hogar y tu escuela; fuiste guía y ejemplo para el niño y el joven, como para el adulto.

Hubo en tu senda flores, hubo también agravios, mas nunca la sonrisa se apartó de tus labios, ni tu mente dió albergue al pensamiento impuro.

Y ahora, ya cumplida la espléndida faena, desde tu cumbre observas con el alma serena el pasado magnífico y el glorioso futuro.

9.
“En pocos hombres súmanse tantas virtudes como en Don Alberto Martínez Blanchard, educador de Cienfuegos, padre y esposo ejemplar, ciudadano consciente, que supo despertar admiración y cariño, y a quien rindo con estas breves líneas el testimonio de mi mas alta consideración.

10.
“Si quisiéramos presentar un valioso francodigma es la generación presente y venidera, de virtud, honor, caballerosidad, gentileza, e hidalguía, ofreceríamos sin duda alguna, como modelo al ciudadano ejemplar que supo hacer de la enseñanza un verdadero sacerdocio como maestro inolvidable, Don Alberto, digno símbolo del gran José de la Luz y Caballero. Cienfuegos, 1 de septiembre de 1947.

11.
“Al maestro de tres generaciones de cienfuegueros, mi profesor en el Colegio Cienfuegos, mi compañero en el claustro del Instituto.

12.
“Papá,

Sesenta años dedicados al magisterio donde tus virtudes han influído al bienestar y felicidad de ésta ciudad hablan por sí solos.

13.
“A Don Alberto Martínez Blanchard,

Con el sincero agradecimiento del que lleva siempre presente los magníficos consejos que dictó a la juventud que hoy sigue los pasos responsables de encauzar a la nueva generación.

14.
“Me siento grandemente satisfecho por dejar unas líneas en este álbum, que aunque pobres de estilo, serán portadoras del afecto y respeto que me inspira el gran educador, Don Alberto Martínez Blanchard, consagrado a la mas santa de las religiones: a la Escuela.

15.
“Para el compañero sincero y el amigo cordial, que tuvo siempre en sus labios la sonrisa y la alegría en el corazón, pura y desinteresada, redacto estas sencillas pero afectuosas líneas como testimonio de amistad y afecto. Cienfuegos, Septiembre 1 de 1947.

16.
“Sean estas líneas expresivas de mi afecto y gran consideración a quien siempre fue magnífico compañero y maestro ejemplar.

17.
“A Don Alberto Martínez Blanchard, el caballeroso y gentil amigo, el compañero siempre cordial, quiero rendirte en este álbum el modesto homenaje de mi admiración.

18.
“A Don Alberto Martínez Blanchard,

La vida mas útil es la que se multiplica en mas vidas. El verdadero maestro se descubre por la generación que influyó. Y el número confirmado de cientos de alumnos que recuerdan agradecidos al Dr. Martínez Blanchard son el testimonio mas elocuente de su noble existencia.

19.
“Don Alberto,

Mis años de experiencia en la enseñanza me hacen sentir por su intensa y constante labor la mas profunda admiración.

20.
“Don Alberto Martínez Blanchard, constituye para mi uno de los recuerdos mas gratos de mi vida, como estudiante en su Colegio Cienfuegos, en unión de amigos que ya se fueron, como Felipe Mazaredo y Felipe S. Entenza, y a la vez lo considero un símbolo de educador, caballeroso y decente, habiéndole dedicado toda mi consideración y cariñoso respeto.

21.
“Con todo el afecto, cariño y consideración a Don Alberto Martínez Blanchard, quien fuera profesor mío a su paso por este Instituto.

22.
“Para mi admirado Maestro y Director, cuyas generosas y sabias frases de consejos lograron hacerme útil a la Sociedad.

23.
“Al distinguido educador, Don Alberto Martínez Blanchard, van estas líneas expresivas de mi gran admiración, profundo respeto y sincero afecto.

24.
“Labor de maestro: ala y surco de la humanidad. Loado sea quien tal hizo. Ese es el homenaje mas hermoso al hombre y al maestro.

25.
“Honrar honra.

Reconozco la brillante labor educativa realizada por Don Alberto Martínez Blanchard que le hace merecedor de mi mas sentida admiración.

26.
“Dedico estas líneas en prueba de admiración y respeto al que ha dedicado toda su vida al sacerdocio de la enseñanza.

Quién de nosotros en la presente generación no ha pasado por las aulas, en donde Don Alberto nos ha dado el pan de la enseñanza?

Quién iba a decirle a Don Alberto que de discípulo, luego en el transcurso de los años, sería el compañero, en el Claustro de nuestro Instituto local?

27.
“A mi Papá, las palabras no pueden expresar mis sentimientos.