EL LEGADO DE TOMAS JEFFERSON

Por el Rev. Martín N. Añorga

En relación con el 4 de julio queremos hoy recordar, aunque sea a grandes rasgos, la extraordinaria figura de Tomás Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos, cargo que honrosamente desempeñó durante los años 1801-1809.

Jefferson nació el 13 de abril de 1743 en Shadewell, Virginia. Por sus méritos como estratega político, pensador y expositor de fácil palabra, fue delegado continental del congreso, gobernador, secretario de estado y vicepresidente, antes de escalar la primera magistratura nacional.

Perteneció a un partido político que en su época era conocido como el Partido Demócrata-Republicano de los Estados Unidos. Fue vicepresidente durante el período presidencial de John Adams, y cuando escaló la primera magistratura el 4 de marzo de 1801, su vicepresidente fue Aaron Burr. Al ser reelecto, la vicepresidencia la ocupó George Clinton.

Thomas Jefferson fue el autor de la Declaración de Derechos de Virginia del 12 de junio de 1776, en la que se perfilan las principales ideas acogidas en la Declaración de Independencia, documento en el que trabajó desde el 11 de junio hasta el 28 de junio, y que finalmente fue aprobado por el Congreso Continental el 4 de julio de 1776, glorioso evento que 230 años después todos los americanos evocan con júbilo y patriotismo.

La Constitución de los Estados Unidos fue adoptada varios años después. En principio fue adoptada por la Convención de Estados el 17 de abril de 1787, ratificada totalmente el 21 de junio de 1788, y puesta en vigor definitivamente el 4 de marzo de 1789. Esta Constitución modelo es el fruto de extraordinarios pensadores y visionarios, entre los que descuella la personalidad de Tomás Jefferson. A lo largo de los años se les han añadido enmiendas que responden a situaciones históricas determinadas, lo que la mantiene respetada y vigente.

El Estado Libre Asociado de Virginia fue uno de los estados originales de los Estados Unidos y goza del gran honor de ser llamado "la Madre de los Presidentes", dado el hecho de que 8 presidentes han nacido allí, de los cuales cinco de ellos fueron reelectos para un segundo mandato. La importante lista la conforman: George Washington, Thomas Jefferson, James Madison, James Monroe, William Henry Harrison, John Tyler, Zachary Taylor y Woodrow Wilson, el que ocupó la presidencia de la nación durante los años 1913 al 1921, siendo el último "virginiano" en ocupar la más alta judicatura del país.

La Declaración de Derechos de Virginia comienza con este artículo, y lo citamos textualmente: "Que todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes, y tienen ciertos derechos inherentes, de los cuales, cuando entran en un estado de sociedad, no pueden ser privados o postergados; en esencia, el gozo de la vida y la libertad, junto a los medios de adquirir y poseer propiedades, y la búsqueda y obtención de la felicidad y la seguridad".

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos es el documento por medio del cual las trece colonias inglesas en Norteamérica declararon su Independencia, Una copia original del Documento está en la exhibición al público en los archivos nacionales estadounidenses en Washington, D.C., La Independencia de las colonias fue reconocida por Gran Bretaña el 3 de septiembre de 1783 por el Tratado de Paris. El texto de la Declaración comienza con estas palabras: "Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las cosas que la impulsan a la separación".

La parte de la Declaración que sigue contiene las ideas básicas que sustentan el sistema de gobierno que hasta hoy, y ya por dos siglos y medio, rige en los Estados Unidos:

"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar la seguridad y la felicidad".

El resto de la Declaración reseña los abusos específicos del gobierno británico y expone las razones por las que las trece colonias exigen su independencia. Lo impresionante es que un documento adoptado hace 230 años mantenga la vigencia que todos los americanos le conceden. Este hecho habla muy alto de los que lo aprobaron; pero resalta de forma muy especial la inteligencia, el sentido común, la visión y el espíritu patriótico de Tomás Jefferson.

Aunque resumir no es fácil tarea, podemos afirmar que las ideas políticas más importantes de Jefferson se basan en la democracia representativa como base funcional del gobierno. Creía, además, el precursor de nuestra historia libertaria, en la separación de poderes, en la separación entre la iglesia y el estado (no el antagonismo ente ambas entidades) y en el axioma de que el gobierno debe tener como su prioridad la libertad de los individuos.

Por supuesto que Jefferson ha tenido sus detractores y enemigos, tendencia que dura hasta hoy. Hace pocos años la revista Times dedicó prácticamente un número completo a las relaciones extramaritales de Jefferson con Sally Hemings una de sus esclavas, con la que supuestamente engendró al menos siete hijos. Recientemente, en enero del 2003, apareció en el American Journal of Political Science un artículo de Claude J. Katz, profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Loyola de Chicago, titulado Thomas Jefferson's Liberal Anticapitalism, en el que se define al precursor de nuestros ideales patrios como un opositor al sistema capitalista de propiedad agraria, afirmándose que sus ideas socialistas son proclives a la anarquía política.

A manera de rendir un respetuoso homenaje de gratitud a Thomas Jefferson, concluyo este modesto trabajo con una de sus citas preferidas que me atrevo a traducir en mi propio estilo:

"Yo preferiría estar expuesto a las inconveniencias de un exceso de libertad, antes que tener que sufrir limitaciones de la misma".

¡Feliz y bendecida celebración del 4 de julio!.



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