Reflexionazos 28

Transición y paternalismo

Nelson Rafael DEVEGA PIS

La palabra de orden en México hoy día es transición. Todo el ambiente político de la República se desenvuelve alrededor de ese concepto. Y así debe ser. ¿Por qué? Pues porque es un momento histórico de México en la que la alternancia en muchas esferas se acerca y, en otras instancias, la sucesión de cargos políticos se materializará próximamente.

Por lo tanto, hay que aprovechar esta oportunidad de oro para rectificar derroteros y preparar caminos nuevos para que este pueblo, que con alegría ha acogido abandonar lo trillado con su voto masivo, sea el beneficiado. Es decir, que los ciudadanos deben ser siempre los únicos receptores de los bienes que le corresponden.

Claro, que esto no se puede llevar a cabo en los mismos lugares burocráticos gubernamentales a los que estaban acostumbrados a acudir los ciudadanos para exponer sus necesidades y recibir los beneficios buscados. No hace falta ser muy perpicaz para darse cuenta de que el paternalismo gubernamental existe y que los ciudadanos están acostumbrados a acudir a las dependencias equivocadas para declarar y solicitar ayuda que en realidad no corresponden a esas oficinas. Eso, por ejemplo, le resta tiempo a los funcionarios públicos para ejercer sus funciones más importantes ya que tienen que oír, por horas, asuntos personales, verdaderamente primordiales para los que los presentan, pero que por su naturaleza, deberían ser resueltos en otras oficinas gubernamentales más idóneas. Me refiero específicamente a que en este momento de transición y efervescencia política ha llegado la hora y la coyuntura en que se deben poner todos los esquemas gubernamentales sobre la mesa y analizarlos detalladamente. Se debe examinar cuidadosamente qué pertenece a qué dependencia y por todos los medios evitar el paternalismo y la duplicación de esfuerzos. Será difícil reordenar los esquemas mentales de los que piden asistencia, ya que están acostumbrados a hablar con el jefe, y nada más que con él.

Piensan estas personas que si no hablan con la cabeza, figura paterna, no van a ser atendidos ni escuchados. En otras oportunidades se solicita dinero para pagar deudas hogareñas, para cuidados hospitalarios y otras miles de diferentes peticiones que deberían ser atendidas y resueltas pero en otros departamentos del gobierno.

No se puede, dirán algunos. El pueblo está acostumbrado a hacerlo y venir aquí para resolver sus necesidades privadas. Si no se atienden se frustran y crean una situación desagradable al respecto. Amenazan. Gritan. Organizan marchas y otras tácticas de manipulación que crean un caos en el día de trabajo productivo.

Pero no estoy diciendo que no se le dé asistencia al necesitado. Lo que estoy insinuando es que se dirija a la persona que solicita atención y ayuda al lugar más lógico donde exista el presupuesto adecuado para hacerlo.

Miren, a mi nunca se me ocurriría ir a una dependencia gubernamental de Houston para solicitar que me paguen el recibo de la luz. Con mucha cortesía me dirigirían a la oficina de asistencia financiera para necesitados, que sí tiene la función de resolver esos problemas, además de estar equipados con el personal idóneo y entrenado para lidiar con esos solicitantes.

¿Y el presupuesto? Bueno, si hasta ahora el dinero se asignaba a una dependencia en la que con la reestructuración lógica gubernamental no debería de ocuparse de resolver ciertas necesidades personales de los ciudadanos, basta con enviar esas partidas a la oficina donde van a resolverlas eficientemente. Transfiera usted el dinero de aquí para allá y ponga usted un anuncio en las oficinas, a donde acudían anteriormente los solicitantes, para que vayan y presenten sus demandas en la oficina adecuada..

¿Y la función paternal tradicional de las dependencias públicas en este país? ¿Y la percepción de los ciudadanos que esta dependencia debe ayudarme porque para eso están ahí los funcionarios? Mire, no se dice que no ayuden y resuelvan las peticiones, lo que aquí esbozamos es que para un determinado problema se acuda a una determinada oficina.

El juego es: busque a su figura paternal en la oficina adecuada no donde usted crea que debe estar. No le quite el tiempo a los funcionarios con asuntos foráneos a sus descripciones de trabajo y presupuesto. Vaya a buscar guayas a un árbol de guaya. No vaya a buscar guayas debajo de un árbol cualquiera y espere que el árbol reconozca sus deseos y lo provea con las deseadas frutas. Si desea manzanas vaya a uno de manzana. Si aguacates a uno de aguacate. ¿No le parece esto lógico? ¿Se enojaría usted si se arrima a un árbol para solicitar un fruto que no es el que ofrece dicho árbol y alguien le dice que está en el lugar equivocado?

Ya sabe, no todos los "paternales árboles" producen los mismos frutos. Sí, pero hay que educar al pueblo. Claro. Empiecen. No pasará nada y después de que se entienda la nueva organización se lo agradecerán. El primero que tiene que estar convencido sobre este esquema de trabajo eficiente es el funcionario público. El segundo es el que maneja el presupuesto y envía las partidas a las dependencias que deben resolver los problemas específicos. Y el tercero es el ciudadano que se le atenderá, exclusivamente, si va al lugar adecuado a exponer sus necesidades.

¿Y si amenaza con no votar por el partido o un candidato específico en el futuro porque lo enviaron a otra oficina; la correcta? Pues qué vamos a hacer. Miren, hay que pagar un precio si algún día vamos a salir del subdesarrollo y el paternalismo, y además, para eso es la alternancia y la transición. Lo que debe ser, debe ser. Punto. Y mientras más rápido mejor.

(Comentarios a: NRDEVEGA@AOL.COM).

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