TAPIADOS

La vispera de Reyes de 1968, cuando los nueve presos politicos procedentes de un campo de concentracion, situado en la coste sur de Pinar del Rio, descendimos del carro jaula, frente al edificio, reconoci al instante la siniestra Prision del Cinco y Medio. Esta, situada a cinco kilometros y mediio de la ciudad, se alza sobre una pequeña elevacion de terreno junto a la carretera de Luis Lazo. Un extenso valle cubierto de palmeras, arboles, riachuelos y un tupido cesped esmeralda se extiende tras la moderna construccion de acero y concreto. Hay, a sus costados campos de tabacos y algunas casas de familias dispersas por el area. El edificio, visto desde la carretera, produce la impresion de ser un hotel para turistas. Sin embargo, la nota discordante de una triple alambrada y las atalayas donde se divisan militares con armas largas, reflejan una clara imagen de lo que es en realidad. El custodio nos ordeno avanzar hasta el portal del edificio. En ese momento, aparecio un grupo de guardias que nos interceptaron el paso y nos rodearon inmediatamente. Al ver los fusiles con bayonetas caladas recorde Isla de Pinos y el macabro “plan de trabajo forzado Camilo Cienfuegos” donde miles de presos politicos regaron con sudor y sangre los campos de citricos durante dos años y nueve meses.

Senti como se me contraian los musculos del rostro y los nervios se tensaban como cables de acero. Cuando la guarnicion nos convirtio en una masa compacta, roce a uno de mis acompañantes y comprendi, por la contraccion de su cuerpo, que no estaba dispuesto a dejarse golpear impunemente por los comunistas. En ese momento, la alta y gruesa figura del mulato Sanguili, jefe del Orden Interior, salio del edificio con un papel en las manos. Se detuvo frente a nosotros y empezo a llamarnos por el orden alfabetico del apellido. A continuacion nos ordeno formar fila en grupos de dos. Despues se acerco al carro jaula, hablo con el custodio y le entrego unos papeles. Regreso sobre sus pasos. Repaso la lista y termino de contarnos. Se volvio …

“ Pueden retirarse! “, ordeno a los guardias. Acto seguido aparecio otro grupo de militares, pero sin armas. Sanguili les hizo señas de que nos condujeran hacia un cuarto situado a la izquierda del portal del edificio. Y alli les ordeno que nos requisaran. El minucioso regristro duro dos horas, al cabo de las cuales nos encontramos solamente con la ropa que llevabamos encima. Jarros, cucharas, toallas y los articulos de aseo personal se hallaban amontonados en un rincon del cuarto. Sanguili desaparecio por una puerta, cinco minutos mas tarde aparecio de nuevo. Un grupo de militares con fusiles y bayonetas caladas lo acompañaban. Ordeno a los otros militares que se retiraran. A continuacion se dirigio a la puerta que comunicaba con el interior de la prision, la abrio……”.Adentro! “..grito. Senti que me empujaban con la punta de la bayoneta. Al cruzar la puerta se presento ante nosotros el pasillo central de la prision. Vi, a mi izquierda, la escalera que conduce a un subterraneo donde se encuentra ubicado el almacen de alimentos, la barberia y la Galera Siete. Continuamos tras los pasos de Sanguili, escoltados por la guarnicion armada. Al cruzar frente al pasillo de la Seccion Dos, a mi izquierda tambien, note varias manos que se agitaban atraves de las rejas en señal de saludo.

A mi derecha se hallaba el botiquin, el salon especial de visitas y la entrada principal de la prision. Sanguili se habia detenido frente a la reja que comunicaba con el patio de la Seccion Uno, aparecio un guardia con un manojo de llaves en la mano. Nos cruzo por el lado y se detuvo junto a Sanguili. Separo una llave y la introdujo en el candado. Al entrar en el patio divise a mi izquierda la reja tapiada del Vivac para mujeres y a su lado, la entrada al pasillo de la Seccion Uno, prolongacion del Vivac para menores. Al ser alineados contra la pared, nos despojaron de la ropa, medias y zapatos. Aunque el invierno era crudo no experimente frio. Estaba tenso . Frente a nosotros se hallaba el comedor de los reclusos. Un poco mas hacia la izquierda, la cocina del penal, y junto a esta una reja tapiada con plancha de hierro. Mientras requisaban. Pulgada a pulgada nuestras ropas, observe las ventanas enrejadas de la Seccion Uno. No vi un rostro ni escuche una voz. Al finalizar la requisa nos devolvieron la ropa. Cuando comenzamos a vestirnos los guardias desenfundaron de nuevo las bayonetas y formaron una hilera frente a nosotros en actitud amenazadora. Pense que habia llegado el momento de afrontar las consecuencias por negarnos a continuar los trabajos forzados en los campos de concentracion de Cuba. Tuve la sensacion que mi estomago comenzaba a reducirse. Contraje el cuerpo y aprete las mandibulas. Escrutine el rostro de mis compatriotas y note la tension reflejada en ellos. Sanguili se acerco a la reja tapiada y llamo al guardia de las llaves, a continuacion, les hizo una señal a los otros. Estos guardaron las bayonetas y se retiraron. Respire aliviado, y cambie una mirada furtiva con mis compatriotas.

Momentos mas tarde aparecio el cabo Ferro con otro grupo de militares. “ Cabo! “ Llevese a estos cinco….le ordeno Sanguili y los señalo con el dedo, uno por uno. Cuando Ferro y los guardias se retiraron con los cinco compatriotas, eleve la mirada. Soldados fuertemente armados nos contemplaban desde el piso superior. Sanguili abrio la reja, entonces comprendi la macabra historia de los calabozos tapiados. Un corto pasillo aparecio ante nosotros, cuatro calabozos con enormes planchas de hierro ocupaban el pasillo, una bombilla colgaba del techo del pasillo. Sanguili se recosto al marco de la puerta enrejada y nos ordeno avanzar. Los calabozos estaban situados dos a la izquierda y dos a la derecha. Penetre en el pasillo seguido por los otros y el guardia de las llaves. Nos detuvimos en el ultimo calabozo de la derecha. El corredor media cerca de treinta pies de largo por doce de ancho. Mientras el carcelero maniobraba con la cerradura, observe a Sanguili, este continuaba recostado a la puerta con la mirada fija en los calabozos de la izquierda. Capte recelo en su mirada. Como no habia señales de vida en ningun calabozo me extraño su actitud. El ruido del pasador al descorrerse desvio mi atencion., el carcelero tiraba de la gruesa palanca hacia afuera. La debil luz de la bombilla ilumino el calabozo. Sufri un estremecimiento, al igual que los otros. El agua y la mierda se esparcian por el piso, un muro de dos pulgadas evitaba la filtracion del agua hacia el pasillo. Entramos uno a uno, cuando la puerta se cerro a nuestras espaldas quedamos en las penumbras. Instantes mas tarde, un rayo de luz se filtro por la aspillera. Para que el lector tenga una idea del calabozo, le hago la siguiente descripcion: “el calabozo de acero y concreto, media 16 pies de largo por diez de ancho, un hueco en el piso servia de letrina para nuestras necesidades, una cama de cemento encrustada en la pared, la puerta era una reja de hierro por dentro y una plancha de hierro por afuera, una aspillera, encrustada en la plancha servia de comunicacion con el exterior”. Y al mismo tiempo nos enviaba la debil luz de la bombilla del pasillo.

Por esa aspillera nos pasaban la comida en cartuchos, sin ningun tipo de utensilios, nuestras manos sustituian la falta de aquellos. Al poco rato, los ojos se habian adaptado a la tenue oscuridad. Uno del grupo se acerco a la letrina, introdujo la mano en el hueco y saco un trapo lleno de excremento, se acerco a la reja y lanzo el trapo por la aspillera hacia el pasillo, al instante el agua que nos llegaba a los tobillos comenzo a desaparecer. Al rato sentimos abrirse la reja tapiada del corredor y el rostro de Sanguili asomo por la aspillera.….” Por que carajo tiraron el trapo para afuera? “….grito furioso;…” Para que te lo comas, puerco!!! ,….respondimos. Viro la espalda y se fue rezongando. Limpiamos la celda con nuestras camisas. En la pared del fondo se hallaba la cama de cemento, separada por la pared se encontraba la cocina del penal. Me dirigi hacia la cama y tome asiento, me quite los zapatos y las medias, estos los pegue a la pared. Un fuerte vapor brotaba de ella, un sudor espeso y caliente comenzo a desplazarse por mi cuerpo. Abandone la cama y me sente en el piso junto a la reja, apoye la espalda en los barrotes. Los demas se acomodaron tambien en el estrecho calabozo, empezaron los comentarios sobre la suerte que tuvimos al salir ilesos del campo de concentracion. Y la interrogante invadio nuestras mentes “ A donde llevarian a nuestros compatriotas?”. Los carceleros comunistas se habia limitado a las amenazas, nos extraño esa actitud, pues las golpizas eran sus palabras. Que esta ocurriendo?, esta pregunta pronto encontraria respuesta. Uno de nosotros comento jocoso…” Me parece increible haber caminado por la llamas sin sufrir quemaduras! ”.

De pronto empezaron a golpear con violencia las planchas de hierro en los calabozos de enfrente, nos miramos extrañados. El eco de los golpes comenzo a repercutir en nuestro calabozo como si lo estuvieran bombardeando. Dos compatriotas del grupo perdieron el control de los nervios y empezaron a golpear con los puños en la cama de cemento, la rapida intervencion de otro y mia evitaron que se rompieran los huesos. Volvi la espalda y trepe a uno de los travesaños de la reja, explore el exterior atraves de la aspillera. Dirigi la mirada hacia el calabozo que se encontraba frente al nuestro, intente taladrar las tinieblas atraves de la reja, no vi a nadie. Sin embargo, dentro de los calabozos continuaban golpeando sobre la plancha de hierro. Me impulse un poco mas arriba y grite con toda la fuerza de mis pulmones…”.Quien esta ahi?” Transcurrieron unos segundos… de repente cesaron los golpes, espere con la mirada fija en el calabozo. Instantes despues atraves de los barrotes de la astillera aparecio un rostro pecoso, de ojos saltones, labios abultados y cabeza rapada. A continuacion asomo otro de piel oscura, ojos negros y pelo ensortijado. Al verlos aferre con fuerza los barrotes y mis pupilas se dilataron de asombro e incredulidad…” Dios mio, que es esto?”, exclame. El pecoso me pregunto a gritos…”Politico?”… afirme con un movimiento de cabeza. El de la piel oscura movio los labios pero no le entendi palabra por el ruido infernal que salia del calabozo contiguo. El pecoso aferro los barotes y pego el rostro a ellos, como si intentara salirse… “ Moritoooo aguantaaaaaa!!” ,grito. Aun no se habia extinguido el eco e su voz cuando cesaron los golpes. Y una voz broto del oscuro calabozo…”Que pasa, Jabao? ” y aparecio un rostro de piel morena, ojos negros y brillantes que me miraban con fuerza, y a su lado, otro de piel blanca, pelo rubio, ojos azules de mirada inteligente y labios finos que parecian sonreirme.

El primero repitio la pregunta del Jabao……” Politico? ” si, respondi…..” Ta’ solo? ”..” No, hay tres mas aqui ! “…le aclare. Senti que me tocaban en la pierna, mire hacia atras, mis acompañantes comenzaron a interrogarme…”Que sucede?, Conoces a esa gente? Quienes son, politicos o comunes? ” ,son niños, respondi con voz tremula. Recriminaron mi respuesta pues el momento no se prestaba para bromas. Al comprender que se negaban a dar credito a mis palabras, salte al piso, y señalando hacia lo alto de la reja, agrege….” Veanlo ustedes mismos! ” Cuando uno por uno se hubieron cerciorado de la realidad, nuestra celda se lleno de improperios y maldiciones contra los comunistas y la politica internacional. La Iglesia la convertimos en una guarida de hipocritas, los politicos de occidente en un grupo de cobardes. Y la democracia en el refugio de los comunistas.

Los niños, cuyas edades oscilaban entre los siete y once años, cortaron nuestra diatriba al reanudar el violento traqueteo. Durante una hora me parecio estar sumergido en un mar profundo de tinieblas, cuya presion amenazaba con hacerme estallar los timpanos. Observe a los compatriotas que habian sufrido la crisis anteriormente, y comprendi por la ansiedad reflejada en sus rostros, que estaban al borde de otra crisis. Inesperadamente los niños suspendieron el golpeteo, los cuatro intercambiamos miradas “ Que habra sucedido?” Esta pregunta parecia flotar entre nosotros. De pronto aquel silencio de tumba fue violado por el ruido de un pasador al descorrerse y el chirriar de unos goznes. La reja tapiada del pasillo se estaba abriendo, a continuacion escuchamos pisadas que se acercaban. Los pasos se detuvieron frente a nuestra celda. Al escuchar el ruido de una llave en la cerradura nos agrupamos cerca de la puerta en actitud beligerante. Abriose y un rayo de luz perforo las sombras del calabozo. Mis nervios se relajaron y note como el color regresaba a los rostros que me rodeaban. Un carceleron y un joven de la raza negra con ropas de preson comun se encontraban frente a nosotros. El preso deposito en el suelo una lata de cinco galones mediada de agua. De inmediato volvio la espalda y abandono el pasillo.

Al cabo de unos momentos regreso con una bandeja de metal donde habia varios cartuchos con algo adentro, cuatro latas de compota vacias y la misma cantidad de panes. Los niños se asomaron a la aspillera y nos saludaron. El guardia los miro sin pronunciar palabra. Cuando recibimos los cartuchos, de un cuarto de libra, mire el contenido y se me revolvieron las tripas. Los cuatros intercambiamos miradas. Como estabamos sin probar alimento desde el amanecer, aceptamos aquella bozofia sin exhalar una queja ; imaginense, harina con gorgojos y un pedazo de pan! Tuvimos que beber agua antes de comer pues el preso nos explico que estaba prohibido dejar envases en la celda. Los niños miraban ansiosos hacia los cartuchos que quedaban en la bandeja. Cuando cerraron la reja, deje el cartucho en la cama, regrese a la plancha de hierro y pegue el oido a la reja. Del otro lado sono la voz del Jabao…” Camaguey dejano “comia”!!! “ , subi al travesaño para contemplar la escena. En el preciso momento de mirar hacia el exterior, el preso le preguntaba al guardia …” Puedo darle algun cartucho a los pequeños? “… El guardia dirigio una mirada aprensiva hacia el pasillo, vacilo unos instantes .. “No me comprometas, Camaguey!”… El Jabao intervino diciendo: “Vamos Combatiente, no seas malo! “ el guardia miro al Jabao, cuyos labios se detuvieron en singular sonrisa…..”Dos nada mas”… insisitio Camaguey. El guardia volvio la espalda y empezo a caminar hacia la salida, se detuvo en la puerta y con mirada fija en el patio, sin volver la cabeza ordeno en voz alta “ Acaba de servir la comida, Camaguey! “ Este se movio con rapidez, entrego un cartucho al Jabao y otro al Morito, el niño del otro calabozo. Con un movimiento veloz y preciso, Camaguey se volvio a nuestra celda, saco una cajetilla de cigarros y nos la paso por la aspillera. Dio media vuelta y se alejo con pasos precipitados. Al pasar junto a la celda del Morito le lanzo una caja de fosforos al tiempo que señalaba hacia nosotros. El Marito me dirigio una sonrisa y me hizo señas de que esperara. En ese momento el guardia se volvio con el rostro palido …” Te falta mucho, Camaguey? “…. .” Ya termine, Combatiente “ Note como el calor regresaba al rostro del carcelero, la figura del gordo Sanguili aparecio en la puerta. El Morito al verlo comenzo a insultarle…” Sanguili, hijo e puta, me cago en tu madre!! ” y le lanzo un escupitajo que se estrallo contra la pared. El Jabao que habia sacado su brazo fuera de los barrotes, le tiro un zapato y lo lleno de improperios …” Sanguili, maricon, te vo’ a romper la cabeza!! “ Al mismo tiempo los otros dos niños le gritaban insultos capaces de enrojecer al mas cinico de los hombres, Sanguili dio media vuelta y se alejo presuroso. Me parecio notar la sombra de una sonrisa en el carcelero, se volvio a Camaguey y dijo.. “ Vamos! “….” Cuando quiera, Combatiente!! “, respondio el preso con voz alegre, y se retiraron.

Cuando me disponia a abandonar la reja el Jabao me llamo …” Politico! “…. “ Dime niño? …” Tienes pan? “ … “ Cuando le traen la comida? “….. “ Ma’ tarde, Politico! “….. “ Espera un momento, pequeño! “, abandone la reja, mis compatriotas celebraban con bromas la escaramuza de los niños, no pude evitar la carcajada que broto de mi boca. Empezamos a buscar los medios de hacerles llegar los panes, pero al no encontrarle solucion al problema subi de nuevo a la reja y le pregunte al Jabao…” Como podemos enviarles los panes? “, el niño sin contestarme desaparecio de mi vista. Escuche su voz….. “ Espera, Politico! “ , respondio desde el interior del calabozo. Transcurrido unos minutos, aparecio de nuevo, saco el brazo por la reja y vi una tira azul colgando de su mano. Empezo a balancearla de un lado a otro, de subito, lanzo la punta en mi direccion, la atrape al vuelo. Ladee la cabeza y mis acompañantes comenzaron a entregarme los panes. Los amare a la tira y forme una ristra con ellos, de inmediato, lance la ristra hacia la celda del Jabao, este la capturo. Arranco dos panes y balanceando el brazo, intento hacerla llegar a la celda del Morito, la cinta cuan pendulo se mecia en el aire. El Morito con el brazo fuera de la reja intentaba agarrarla. Sus dedos rozaron la cinta…” Un poco mas , Jabao! “ este estiro el brazo y lo llevo hacia atras, acto seguido, lo impulso hacia adelante, la cinta paso rozando la pared que dividia las dos celdas, y los dedos del Morito lograron atraparla. Desprendio los dos panes , amarro la caja de fosforos a la punta de la cinta y la impulso de nuevo hacia el Jabao .. “ Pasa lo “foforo” a lo’ Politico! “, le grito; me dirigio una sonrisa ….” Gracias, Politico! “, me dijo y desaparecio en la oscuridad del calabozo. El Jabao me lanzo la cinta, agarre la punta, desprendi la caja de fosforos y le regrese la cinta. El niño me dedico una sonrisa de gratitud y regreso a las tinieblas. Cuando salte al piso contemple a mis acompañantes comiendo con los dedos, tuve la impresion de hallarme en una jungla, rodeado de animales. Avance hacia la cama, tome mi cartucho y regrese junto a los otros. Me sente en el piso, apoye la espalda en la pared y abri el cartucho. Mire le harina con gorgojos y comence a devorar aquel asqueroso alimento como si fue el mas apetitoso de los manjares. Al poco rato cada uno cogio su camisa y se la puso, el vapor de las paredes habia desaparecido y un frio intenso se filtraba por la astillera. La cocina habia concluido su labor. Abrimos la cajetilla de cigarros, encendimos uno para los cuatros. Cuando me llego mi turno aspire el humo con deleite… “ Bueno, espero que nos dure la cajetilla! “, dije sonriente, y note la satisfaccion reflejada en los rostros. Al llegar la noche nos turnamos para dormir en la cama de cemento, el frio arreciaba.

Amanecio, y el calor fue penetrando poco a poco en el calabozo. Sobre las nueve de la mañana nos trajeron el desayuno, agua caliente con borras de café. Al concluir de beber la zambunbia, Camaguey recogio las vasijas y se las llevo, entonces prendimos un cigarrillo. De pronto escuchamos la voz del Jabao ….” Politico! “, me asome a la aspillera…” Que sucede, Jabao? “, le prengunte……” Tiene pan? “ , la pregunta del niño me estremecio…. “ No, hoy no nos trajeron, pero no te preocupes, al mediodia te enviamos los cuatro panes! “. La interrogante acudio a mi mente..” Oye, Jabao, que edad tu tienes? “…. “ Nueve, “ seño “! “, …. “ Y tu amiguito? “.. asomo el rostro del otro niño…. “ Voy a cumplir ocho! “. La respuesta de ambos helo la sangre en mis venas….” Bueno, como te llamas? “…. “ Tatica, Politico! “… “ Por que los encerraron en esa mazmorra? “ , les pregunte… Tatica miro al Jabao y le dijo: “ Plicale tu! “. Los ojos del jabao brillaban traviesos y sus labios sonrieron con picardia. Inmediatamente comenzo a contarme las causas del castigo, esta fue su version: “ Un grupo de niños en el albergue donde se hallaban a la hora del recreo se pusieron a jugar a “ milicianos y alzados”. Como Al Jabao y Tatica les tocara el papel de los ultimos, se ocultaron en un platanal para burlar la persecucion de los supuestos milicianos. Entonces escucharon ruido a sus espaldas y voces que gemian, se volvieron y contemplaron atonitos a un hombre y una mujer acostados en la hierba. Al identificar al director del albergue y a la maestra, se asustaron y no se atrevieron a moverse del lugar. Cuando llevaban un rato contemplando el movimiento del hombre sobre el cuerpo de la mujer, a Tatica se le escapo esta exclamacion… “ Como le guta e mantecao al diretor!! “. El Jabao con veloz movimiento le tapo la boca, pero ya el director los habia descubierto. Los niños emprendieron la huida hacia el albergue. Al oscurecer tres soldados penetraron en la barraca donde dormian los niños del albergue, y en presencia de los demas niños, sacaron al Jabao y a Tatica a empujones y patadas. Los condujeron a la oficina del director; este, despues de golpearlos salvajemente les grito…” Cabrones, van a saber el castigo que reciben los espias! “… y personalmente los llevo para la carcel “. El Morito que escuchaba el relato agrego: “ Sanguili le dio mucho golpe a lo do’, e’ un maricon! “. El Jabao y Tatica llevaban 15 dias en aquella mazmorra en sombras. Cuando sus familiares solicitaron verlos, les negaron la visita.

Al preguntarle al Morito por que se encontraba alli, me respondio: “ Queria ver a mi mama! la respuesta del niño me encogio el corazon. Como es posible tanta iniquidad?, le rogue que me contara la historia, este es su relato: “ El Morito tenia once años, huerfano de padre desde los ocho, ayudaba a su madre a mantener dos hermanitos mas pequeños. Vendia periodicos, limpiaba zapatos y realizaba trabajos ambulantes. Un dia su madre fue detenida con varias latas de leche condensada que habia cambiado por arroz y frijoles. La condenaron a un año de carcel, a el y a sus hermanitos los llevaron para un campo de concentracion para menores. En ese lugar les obligaban a realizar faenas como cortar hierba, recoger citricos y otros menesteres. A los niños que se negaban a trabajar, los golpeaban brutalmente y les racionaban la comida…” Hoy no te la ganastes completa”, era la frase de orden de los que custodiaban el albergue. Una noche el Morito se fugo para visitar a su madre en la prision, carente de recursos para llevarle algo, se colo por la ventana de una casa, aparentemente abandonada y la registro. Encontro algunas monedas y varios pesos, cuando se disponia a abandonarla descubrio un traje de miliciano tirado sobre una silla, y escucho ruidos, salto por la ventana y abandono la zona como alma que lleva el diablo. Se escondio en el monte y durmio tirado sobre la maleza. Al amanecer prosiguio su camino rumbo a la prision donde se encontraba su madre. Tropezo con una tienda y le compro a su madre alimentos y frutas. Cuando se disponia a abandonar el local, aparecio un carro patrullero. El Morito al verlo, se asusto mucho y empezo a correr con los alimentos bajo el brazo. El policia le persiguio hasta atraparlo. Lo llevaron a la estacion y alli le entraron a golpes, despues con la boca partida, la nariz rota y los ojos hinchados lo llevaron para la prision del Cinco y Medio “. Lo metieron en un calabozo tapiado sin prestarle ningun tipo de asisitencia medica, y llevaba mes y medio en aquel calabozo de los infiernos. Me fije en las cicatrices de su rostro y comprendi que no me habia mentido. Al escuchar el relato me pregunte: “ Sera posible la existencia de bestias con disfraces humanos?”.

Me dirigi al compañero de celda del Morito…” Y tu, como te llamas? “ ….” Guillermito! “, me respondio..” Que edad tienes? “…. “ Siete años! “ , me contesto. Contemple aquel rostro infantil cuyos ojos reflejaban serenidad y un aire majestuoso se desprendia de su rostro. La mirada de aquel niño brillaba con el fulgor de los soñadores..” Cual es tu caso, pequeño? “, su relato fue breve pero impresionante, lo habria sorprendido robando una botella de refresco y un pedazo de pan en el albergue donde estudiaba. Llevaba 24 dias en aquel calabozo y sin ver a sus padres. De pronto escuche maldiciones a mi espalda, volvi la cabeza, mis acompañantes pegados a la plancha de hierro habia escuchado el relato de los niños. Capte ojos empañados, miradas de fuego y rechinar de dientes. Triste Dia de Reyes para una infancia victima de una sociedad sojuzgada por un sistema deshumanizado.

Al mediodia nos trajeron el almuerzo, macarrones sancochados y el pan, este se lo pasamos a los niños. Transcurrio el dia sin mas incidentes. Al dia siguiente por la mañana, llego Camaguey y el carcelero con el desayuno. La consabida agua caliente con borras de café y, cosa rara, un pedazo de pan para cada uno. Camaguey aprovecho un descuido del carcelero para entregarme un papel. Antes que cerraran la puerta tapiada el Jabao y Tatica se asomaron a la aspillera, los saludamos y le ofrecimos los panes, pero no quisieron aceptarlos. Note una mirada traviesa en los ojos del Jabao. Dirigi los ojos hacia el calabozo contiguo, el Morito me guiño un ojo y una sonrisa socarrona aparecio en sus labios. El carcelero nos contemplaba en silencio y en su mirada se proyectaba el respeto. Cuando cerro la puerta y senti los pasos que se alejaban, desdoble el papel y lei el texto en voz alta: “ Tenemos visita al mediodia. Suerte! “, lo firmaban los presos politicos de la Seccion Dos….” Vaya ahora se explica el que nos trajeran pan para el desayuno! “, fue la exclamacion unanime.

Como a las nueve de la mañana escuchamos la voz del Morito que gritaba con fuerza.. “Clavillazooo…..! “, aguzamos el oido. Llego la respuesta.. “ Dimeee…? “….. “ Los americanos violaron el espacio aereo! “, respondio el Morito…” Ta’ Bien! “, contesto la voz infantil desde el Vivac para menores. Una hora mas tarde Tatica empezo a gritar…” Combatiente, corra, el Jabao se corto la’ vena!!!!! “. Rapidamente subi al travesaño, en esos momentos se abria la reja del pasillo y el carcelero entro. Abrio el calabozo y saco al Jabao. El brazo izquierdo del niño estaba cubierto de sangre..” Que has hecho, Jabao? “, le pregunte, me guiño el ojo y prosigio tras los pasos del carcelero. Cuando hubieron desaparecido y la reja del pasillo se cerro, Tatica me dijo: “No hay problema, Politico, la “heria” es superficial! “, respire aliviado. Baje del travesaño y les explique a los otros lo que habia ocurrido, repitiendoles las palabras de Tatica. Nos relajamos.

Media hora mas tarde sentimos abrirse la reja del pasillo, me asome a la aspillera, vi al Morito en los barrotes con los brazos colgando hacia afuera, me extraño la indiferente actitud del niño. El carcelelro cruzo el umbral de la puerta y se dirigio al calabozo del Jabao. Este, con el brazo vendado lo seguia a escasos metros. De pronto, el Morito extendio un brazo y el Jabao, con velocidad de vertigo, saco de la cintura un martillo y un clavo enorme, y se lo entrego al Morito, quien abandono la reja al instante. El Jabao me dirigio una mirada picarezca y sus labios esbozaron una sonrisa.

Despues del mediodia los niños comenzaron a cantar a todo pulmon, mis compatriotas y yo nos miramos extrañados; la interrogante invadio nuestras mentes….” Que raro? “.., la expresion fue unamime; optamos por encogernos de hombros. Alrededor de las cuatro de la tarde, un compatriota nos contaba una pelicula, de improviso un ruido infernal interrumpio su narracion. Tuvimos la impresion de que una parte del pasillo se habia desplomado. Rapidamente subi al travesaño y mire hacia el exterior. Parpadee varias veces, como si una luz potente me estuviese molestando, no daba credito a mis ojos, el Morito y el rubio Guillermito se paseaban por el pasillo con sendas piedras en las manos, y la puerta del calabozo, con la plancha soldada a la reja, yacia en el piso rodeado de escombros. Los dos niños se acercaron a la celda del Jabao y Tatica, estos se encontraban con el rostro pegado a la reja. El Morito y el rubio le entregaron las piedras…” Vigilen, voy a rompe’ el candado! “, les dijo el Morito, y empezo a golpear el candado con el martillo y el clavo. Guillermito se situo a su lado con los ojos fijos en la puerta y el Jabao y Tatica sacaron los brazos por la aspillera con las pierdras en las manos.

No habian transcurrido dos minutos cuando la puerta del pasillo se abrio, los niños se pusieron en estado de alerta. Un peloton de guardias armados con palos intento entrar al pasillo, pero fueron recibidos a pedradas, y tuvieron que retroceder otra vez. Un nuevo intento de los guardias fue rechazado vigorosamente por los niños, entonces los guardias se retiraron, y el Morito reanudo su labor. Al poco rato el cabo Ferro se asomo a la puerta, el Morito le advirtio: “ Cabo, no trate de entrar! “…Ferro desde la puerta les prometio sacarlos de ahi esa misma tarde. Acto seguido volvio la espalda y se alejo. El Morito prosiguio golpeando en la cerradura.

Quince minutos mas tarde saltaba la cerradura, los niños se agruparon frente a nuestra celda, el rubio se volvio hacia mi…” Que te parece esto, Politico? “, me admiro la perfeccion de su lenguaje, …” Genial la idea del Morito! “, le respondi, el niño me miro durante unos segundos…” Usted cree? “, me respondio, y sonriendo enigmaticamente se reunio con los otros. Hablaron algo entre ellos, despues el Morito y Tatica empezaron a tirar piedras contra la reja tapiada del pasillo. Entonces el rubio entro al calabozo y el Jabao penetraba en el otro. Cuando salieron al pasillo de nuevo, nos pasaron atraves de la aspillera cucharas y latas vacias. El Morito y Tatica, al ver que nos entregaban las cosas suspendieron el ataque contra la puerta del pasillo y ambos me regalaron una sonrisa. El cabo Ferro regreso una hora mas tarde y se llevo a los niños.

Cuando nos trajeron la comida, Camaguey en un descuido del carcelero, nos entrego un nuevo papel de los compatriotas de la Seccion Dos, los cuales habian tenido visita esa tarde. El carcelero cerro de nuevo la celda tapiada y se alejo seguido de Camaguey. Le entregue el papel a uno del grupo y este le dio lectura al mensaje:….” Cuba aspira este año presidir la Comision De Los Derechos Humanos en la ONU!!!!!!!!!

FIN

Gerardo Martinez
Exprisionero Politico
22 años de prision en las mazmorras de Castro


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