Llegaba un balsero a las costas de Puerto Rico, directo a la Casa Cuba donde habia mucha gente merendando y todos se congregaron en la arena para gritarle que siguiera remando hasta pisar tierra Portorra para que lo amparara la ley de "los pies secos" ...
"Sigue remando, sigue" le gritaban todos ... y el balsero remaba cada vez mas fuerte a pesar de estar exhausto.
"Pisa, pisa" le seguian gritando a medida que se acercaba a San Juan.
Cuando al fin toca tierra (o arena) y se baja de la balsa, un reportero se le acerca con su microfono y le dice:
"Compadre, usted si es un bravo, ¿cómo se llama?
El balsero le responde: "Agustin Marín, pero me dicen Tin Marin"
Entonces el reportero le pregunta: " ahh ...¿Tin Marin de dos Pingüés?"
Y el balsero le responde:
¡"No, de un solo pingüé, pero con dos cucalamacas de las que zumban mango!"