Actitud Por Nosotros a Tomar Para Con Una Mentalidad Cubana, Martiana y Cristiana, Poner en Marcha a la República

Capítulo III de Casa Cubana por Tulio Díaz Rivera

Y para por el momento terminar, pero sólo para decir dos palabras al respecto de cuál debe ser nuestro sentir y pensar ante el hoy cubano; para señalar y del mejor modo precisar nuestra ambición, la de ver sobre sus pies y segura de sí misma una Cuba inteligentemente remozada, libre, democrática, y con un espíritu que por encima de todo mire al común; y, llegando a más, precisar qué aspectos o cuestiones de la temática cubana deben para nosotros tener prioridad.

A nuestro entender, he aquí la cuestión, el tema político como el económico que en nuestro caso una indudable importancia tienen, deben ceder el paso a uno más vidrioso y complejo, el de los daños sico-sociales sufridos, y que desde sus primeros pasos el castrato nos ha estado infligiendo al tratar de imponer a nuestra sociedad una escala de valores en todo a contrapelo de nuestra identidad. Recordemos cuando en 1960 calificó a nuestro pueblo como a una sociedad de mestizos, no por el color de la piel, sino por nuestra incultura.

Necesidad en que estamos, la de en todo desarraigar en nuestro pueblo el castrato, tarea sólo lograble sintiendo y pensando, como recomendó Martí a los Pinos Nuevos en el discurso que hemos citado y que les dirigiera señalándoles que a Cuba debemos regresar: "despojados de odios, para cantar ante la tumba inolvidable el himno de la vida". Un himno de esperanzas que con calor fraterno nos masifique ante objetivos concretos y de interés común, no ante tapujos e intenciones escurridizas.

Para el logro de ese espíritu, como el de crear la circunstancias que le favorezcan, es que yo, que no sé seguir una misa, pero que reconozco que entre mis alter egos, quiero decir, consejeros y rectores de mi vivir, y aún a más alto nivel que el de mis padres y abuelos y del binomio Martí-Varona y sus coetáneos, a los que siempre en momentos críticos he consultado, tengo como lumninar superior a Cristo.

Figura, la de Cristo, que hoy ante lo cubano debemos darle una cabal preferencia. Lograble si en nuestras circunstancias fijamos las esencias que prevalecen en la oración con la que la tirurgia católica honra al "Pobrecito Asís", al "mínimo y dulce", como por Ruben Darío fuera señalado, y al que por otros en justicia ha sido llamado el "Espejo de Cristo". Oración que se inicia diciendo:

"Señor, hazme un instrumento de tu paz.
Que donde haya odios, ponga yo amor.
Donde haya ofensa, perdón.
Donde haya dudas, fe.
Donde haya desesperación, esperanzas.
Donde haya tinieblas, luz.
Donde haya tristezas, alegría.

Espíritu, actitud que nos inspiran las ideas de la oración citada, con las que, antes que a nadie, debemos favorecer a nuestros compatriotas en intramuros. Y claro que no sólo a los que estando allá, en alguna forma se han hecho presentes como anti-castristas, que también a aquéllos que no pueden ser acusados de una conducta indisculpable, porque nuestro abrazo fraterno y en todo solidario debemos darlo a aquéllos que han sabido, no importa si un poco tarde, volver las espaldas al marxismo. Porque las faltas o delitos que para nosotros merecen un severo e inapelable castigo, son aquéllas que han originado daños con relieve social; no los actos, no importa si sensitivos, pero sin relieve o significado social.

De ese modo pensamos en CASA CUBANA por entender que la reconstrucción de Cuba no podemos hacerla descansar, aunque sólo fuese parte de ella, en un matadero, donde todo es sangre y cadáveres.

Recomendaciones o sugerencias hechas, y en las que nos afirmamos para con un espíritu alto y que a todos favorezca sacar del hoyo a todo un pueblo, y no, como algunos pretenden, adoptando posiciones engañosas y francamente elusivas. Sentir que apoyamos recordando que al darle término a la lucha independentista, la de 1868-1902, no hubo por parte nuestra una racha de venganzas.

Modo de pensar que, particularmente en el aspecto de las reprivatizaciones, el devolver las propiedades hoy en manos del castrato, nos ha hecho ver las cosas sólo desde el ángulo de las conveniencias comunes, no desde las conveniencias personales o de grupo. Y el tema de la reprivatización citamos para que al hacerla no se derrame una lágrima y mucho menos una gota de sangre. Modo de pensar porque por parte de madre soy miembro de una familia de labradores que llegó a La Habana en 1623, y se instaló y benefició sembrando tabaco en Guira de Melena, lugar del que tuvieron que salir huyendo hacia el oeste de la isla, el día que en 1795 se sumaron a la protesta guajira contra el Monopolio del Tabaco decretdo por la Corona. Hecho que les obligó a asentarse en las inmediaciones de Consolación del Sur, lugar donde trabajando volvieron a hacerse de tierras, pero que, como las de Guira de Melena, también perdieron: Las del hermano mayor de mi abuelo, cuando fue condenado (1870) y enviado a Chafarinas a cumplir años de cárcel, por infidente, traidor a la Corona, por el apoyo que le venía prestando al alzamiento del 68. A la precedente pérdida de tierras siguió la sufrida por mi abuelo (hato de Arroyos de Aguas), por haberse incorporado a Maceo, cuando éste pasó cerca de Consolación del Sur, con once jóvenes de la familia.

Etapas de lucha por intereses patrióticos en que la familia tuvo muy sustanciales pérdidas de tierras que por el Tratado de Paz de París entre EE. UU. y España, en cuyas discusiones el cubano no fue admitido, fueron pérdidas en relación con las cuales hasta el derecho de reclamarlas le fue negado al cubano.

Puedo decir, y digo por lo que me enorgullece, que jamás de joven oí a ninguno de aquellos hombres negar a nuestra sociedad virtudes ni crearles impedimentos de tipo alguno. Muy por el contrario, en todos los hitos de nuestro proceso histórico, individuos de la familia de los Rivera a que pertenezco, han tenido un protagonismo que durante la República empezó con la "guerrita de Agosto", contra don Tomás Estrada Palma, y hasta hoy mismo hemos mantenido.

Por las aludidas razones y por el hecho de que estamos abandonados y solos, y por ende ante la necesidad mandatoria de ser uno, yo, para del mejor modo servir a Cuba, he renunciado a todo, si alguna legitimidad me asistiera. Tal como de seguro Ud., por iguales o parecidos motivos y razones que las mías tiene. Por ello digo que nada quiero ni de Cuba necesito; sólo le pido que me oiga y sopese las opiniones de CASA CUBANA, la de su respetable membresía, y nos diga si con nuestro modo de parecer en alguna forma estamos dañando el presente y el futuro cubanos.

Por ello, repito, y en evitación de que una imprudencia o desplante nos obligue a hablar con las cortinas abiertas, sentémonos a hablar para en lo vertical, no en un programa, sino en lo innegociable para el pueblo de Cuba, coincidir.

Source: "Casa Cubana - Nuestra Cuba, La de Ayer y la de Hoy, Y cual podria ser la de Manana" by Tulio Diaz Rivera, 4271 NW 4th St., Miami, FL 33126.

Other chapters in the same book:

I. Algunos aspectos de la crisis cubana y las experiencias que pueden sernos provechosas a la sufrida por el pueblo aleman despues de la segunda guerra mundial.

II. Cuestiones a examinar en relacion con la reprivatizacion de inmuebles y negocios.

III. Actitud por nosotros a tomar para con una mentalidad cubana, martiana y cristiana, poner en marcha a la republica.


Cuba Links To The Cuba Links Page

Lillian Martinez, Webmaster



Email Sra Martinez

Copyright © 1999, Lillian Martinez
Created -- Jul 11, 1999
Revised --
The XLData Net