Uno de las cuestiones clave de la actual visita a la Argentina del canciller
cubano Felipe Pérez Roque es la abultada deuda que Cuba mantiene con el
estado nacional. La misma asciende a una cifra que oscila entre los 1.500 y los
1.900 millones de dólares, de acuerdo a diferentes fuentes. Aún considerando
el monto menor, vemos que la Argentina es el segundo mayor acreedor de Cuba,
sólo después de Japón.[1]
El origen de dicha deuda se remonta en dos períodos históricos bien
definidos: la presidencia de Juan Domingo Perón en 1974 -en la que se exportaron
partes de automóviles y maquinaria argentina sin recibir la correspondiente
contraprestación- y el gobierno de Raúl Alfonsín, diez años después.
Más allá del voluntarista slogan de la visita -"duplicar el actual
intercambio comercial con la isla"- uno de los desafíos de Pérez Roque es concretar la
propuesta realizada oportunamente por el Gobierno de Fidel Castro: lograr
una quita del 75 por ciento de dicha deuda.
Radiografia de otro "defaultedor"
Los problemas de pago de Cuba no se limitan a la Argentina sino que tiene
conflictos similares con Japón, España, Francia, Gran Bretaña, Sudáfrica,
Chile, México y Venezuela, entre otros países.
Si bien no coincide estrictamente con la información de los acreedores, el
Banco Central de Cuba sostiene que la deuda pública en moneda dura de aquel
país ascendía a una cifra cercana a los 13 mil millones de dólares, además de
varios miles de millones de créditos comerciales en renegociación y unos 20
mil millones adeudados a Rusia. Esto, además de 6.3 mil millones de dólares
provenientes de reclamos de ciudadanos americanos así como un desconocido aunque
importante pasivo de nacionales cubanos cuyas propiedades fueron confiscadas
por el régimen. La consultora Dunn and Bradstreet sostiene que Cuba es una
de las economías más riesgosas del planeta: sólo Angola, Congo, Sierra Leona,
Zimbabwe e Irak se hallan en peores situaciones.
Recientemente Cuba experimentó una dinámica agenda en materia de default, a
saber:
· Defaulteó en Octubre del 2002 un acuerdo de refinanciación de $750
millones con el sector privado de Japón, luego de haber firmado una
re-estructuración en 1998.
· Suspendió todos los pagos en Octubre del 2002 sobre una deuda de $380
millones de dólares a Bancomex, el banco de comercio internacional de México.
· El régimen de castro ha caído en diferentes cesaciones de pago a pesar de
los generosos términos del acuerdo firmado con Hugo Chávez en octubre del
2002, con relación a la deuda de petróleo con PDVSA, la compañía petrolera
estatal venezolana. La misma ascendía a 266 millones en mayo del 2003. Venezuela
provee alrededor del 25% del petróleo que consume la isla.
· Cayó en falta de pago en créditos de corto plazo con bancos y compañías
comerciales de Panamá en el 2002.
· En mayo del 2003, el gobierno español puso en conocimiento a su par de
Cuba que era el primer deudor soberano de España, con una deuda en cesación de
pagos estimada en $816 millones de dólares.
· La empresa financiera de exportaciones francesa, COFACE, suspendió una
línea de crédito de $175 millones luego de que La Habana dejara de pagar por más
de un año créditos correspondientes a productos agrícolas y bienes de
capital en el 2001.
· El gobierno italiano retiró un paquete de ayuda de 40 millones en Julio
del 2003 en respuesta al tratamiento de Castro hacia los disidentes. Hasta ese
momento el gobierno cubano había acumulado una deuda de corto plazo de 73
millones de dólares con Italia.
La inclusión del tema de la deuda de Cuba con Argentina en la agenda
bilateral, así como el aplazamiento del viaje del presidente Kirchner a la isla - al
menos por el 2004- indican del fin de una etapa de amplia dispersión entre
las dos puntas del doble discurso oficial. El año electoral en los Estados
Unidos y el fuerte peso de la comunidad cubano-americana en Estados claves como
la Florida ha puesto claros límites a actitudes provocativas, meses atrás
permitidas.
Difícil será la tarea del gobierno argentino de rechazar la propuesta cubana
de pagar apenas un 25% de la deuda en default, cuando es la misma quita que
en estos momentos está proponiendo a los acreedores privados.