Por Jay Martínez
Director del programa de radio Magazine Cubano
El exilio cubano está compuesto por cubanos de todas clases. Los que salieron en los sesenta y setenta, los de los ochentas, los noventas y los de ahora del siglo 21.
En varias ocasiones he escuchado los comentarios de cubanos exiliados en la década de los sesenta quienes afirman que los cubanos que salen ahora de Cuba son muy distintos y que no parecen ni cubanos. Aseguran que su acento es diferente, su forma de actuar, hablar, sus gustos, costumbres, su compromiso patriótico y que hasta físicamente son diferentes.
De todos estos puntos el único que a mi parecer es real es el del compromiso patriótico pues los que salen ahora de la Isla lo hacen saturados de consignas en pro de mártires y héroes comunistas, próceres e historia manipulada al gusto del régimen.
En varios de mis artículos he afirmado que el exilio cubano histórico no conoce la realidad cubana y resulta verdaderamente frustrante cuando las generaciones mas jóvenes somos discriminados por una parte de ellos.
Es absurdo pensar y comparar a generaciones que vivieron épocas completamente diferentes sobre todo en circunstancias políticas y económicas. La generación que tuvo la suerte de salir de Cuba a finales de los 50 y principios de los 60 conoció y disfruto la otra Cuba. Se educaron en los colegios privados Belén, la Salle, Maristas; conocieron El Encanto, la calle San Rafael en todo su apogeo, el Paseo del Prado, Galeano y Monte con alumbrado publico y vitrinas impecables, El Carmelo, el Teatro Blanquita, los elegantes cines, las navidades, la Noche Buena, el Día de Reyes y los juguetes, Varadero, Tropicana, los elegantes hoteles, Riviera, Habana Hilton, Capri y el Hotel Nacional donde se podía bailar y disfrutar junto a toda la familia sin necesidad de enseñar un carné del Partido.
Y que decir de los Clubs privados y sus playas, la música, los cantantes, la televisión y la radio, los pregoneros en las calles y sobre todo el ambiente de libertad y el poder progresar al ritmo de un país en pleno auge y desarrollo económico.
Yo pertenezco a la generación que llegamos en el 80 y que nacimos en los sesenta.
A nuestra generación la historia le jugo una mala pasada. Solo conocimos consignas, marchas, discursos de largas horas, televisión y radio politizada y programación rusa, música de la nueva trova, las escuelas al campo, las guardias de los C.D.R, la croqueta sin pan, las compotas soviéticas, la pañoleta, la libreta de abastecimiento, los zapatos plásticos, los macarrones, la Vita Nuova, la Zafra de los Diez Millones, el refresco de guachipupa, la gualfarina, los televisores Caribe, los Radios Selena, las guaguas Girón, las cuchillas de afeitar Astra o mejor conocidas como Lagrimas de Hombres, las colas de Coppelia, las diplotiendas para los rusos, las mesas suecas para la clase privilegiada, el Servicio Militar Obligatorio por tres anos con un sueldo de 7 pesos al mes, el Ejercito Juvenil del Trabajo adonde llevaban a los jóvenes que no cualificaban para ser entrenados militarmente a los campos a cortar caña, las guerras de Angola, Etiopia, los combatientes internacionalistas, las botas cañeras, el poliéster y los cigarros de fabricación casera conocidos como Tupac Amaru que se confeccionan de coletillas recogidas de las calles y los lugares públicos.
El Café mezclado con chícharo y garbanzo, los apagones de doce horas, los juguetes en el mes de julio, la merluza sin cabeza, la Macarela, la carne rusa y la Manteca de Oso y el Mariel.
Si miramos ahora a la generación de los noventa hasta el presente aun la historia ha sido mas dura con ellos. Comenzando por el Periodo Especial en tiempos de paz, la Opción Cero, el Picadillo de Soya, la Pasta de Oca, el bistec de frazada de piso, el Camello,el pollo sin pechuga, el refresco de pipa,los almendrones,la licra,el baja y chupa, el Cerelac, las Shoppings para los que tienen dólares, la Chispa e'tren, el pan de boniato, los chavitos ahora moneda convertible, el televisor Panda, Elpidio Valdés, los ventiladores de motor de lavadora, los paladares, los fulas, el bicitaxi, las jineteras, las playas, los centros de recreación y los hoteles solo para turistas, las barbacoas, los derrumbes, la falta de vivienda, los palestinos en la Habana, las mesas redondas, el Bombo para salir de Cuba, los disidentes, las ollas arroceras, las hornillitas, el chocolatín, Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana.
¿Podrían ustedes decirme si en realidad se pueden comparar una generación de la otra? ¿No es una realidad que nuestra herencia fue completamente diferente?
¿Podríamos comparar una generación llevada a los límites del salvajismo, a la que se le impuso el ateismo, con los cubanos que conocieron la otra Cuba?
Fuimos la generación que nos toco perder. Pagamos con la ruina de nuestras vidas los errores de las pasadas generaciones que no supieron preservar la democracia y por su inexperiencia política fueron engatusados por Fidel Castro y su pandilla y permitieron que el comunismo arruinara la vida de millones de cubanos.
Jay Martínez, es un cubano exiliado residente en Puerto Rico. Director y Productor del Programa Radial Magazine Cubano y Editor del Semanario Opositor.
jay@coqui.net
Received: Sat, 29 Oct 2005 06:03:32 PM CDT
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